En el norte de Santa Fe, Leonardo Perelló gestiona miles de hectáreas de agricultura y ganadería. Arrancó hace un año con un Agras T-40, un dron de DJI, el gigante chino que D&E representa en Argentina. Y ahora va por mucho más.

Leonardo Perelló, “el Polaco” para los amigos, dice que está vinculado a la producción agropecuaria “desde toda la vida”. Tiene 51 años y trabaja miles de hectáreas de agricultura y ganadería en el norte de Santa Fe. Con toda esa experiencia, incorporó hace un año un dron a su estructura de trabajo y hoy ya es un verdadero fan. En esta nota, cuenta por qué.

Perelló tiene su base en Calchaquí, una localidad ubicada 200 kilómetros al norte de Santa Fe capital, camino a Reconquista. Allí tiene su base en el establecimiento La Esperanza, desde donde coordina las tareas de 23 campos alquilados en la zona.

Allí tienen 3.000 hectáreas de soja, además de trigo, maíz, girasol y pasturas. Más al oeste trabajan otras 6.000 hectáreas, en las que se destaca también el girasol, además del sorgo.

Como no podía faltar en la zona, la ganadería (cría, recría y engorde de novillos) también tiene su lugar.

En todo ese esquema, hay un factor determinante. “Dependemos demasiado del clima en esta zona”, explica el Polaco.

En materia de fierros, tiene cuatro equipos grandes de siembra, aunque contratan servicios adicionales cuando hace falta, además de una pulverizadora Caimán de gran capacidad de trabajo. En cuanto a la cosecha, la hacen a través de contratistas.

Perelló es socio de Alejandro Rossi, con quien lleva adelante los negocios. Y cuenta que hace 20 años que es amigo de Silvio Arán, de Arán Tecnologías, distribuidor de D&E en la zona.

“A principios del año pasado, Ale y Silvio hablaron de la posibilidad de empezar a usar un dron para las pulverizaciones”, recuerda el Polaco. “En la zona no había nadie que los utilizara para eso”, agrega.

Perelló tiene una profunda confianza en los consejos de Arán. “Si Silvio te lo ofrece, dale para adelante”, dice. Y así fue.

Compraron un Agras T-40 a través del distribuidor de D&E y comenzaron su ya rica experiencia.

El Polaco explica que el girasol, el clásico cultivo estrella en esa zona del país, requiere varias pulverizaciones de regulación a lo largo de la campaña. “Normalmente se hace con avión, que es más eficiente que la terrestre”, explica.

En su mente, tenían la idea de reemplazar completamente al avión con drones, por lo cual tenían el plan de comprar tres. Pero, como corresponde, arrancaron de cero y paso a paso.

“Estuve varios días aprendiendo con los dos empleados que luego lo iban a manejar”, recuerda. Y agrega que se involucraron también los asesores agronómicos, para ir viendo en detalle el tema dosis, calidad de aplicación y otros aspectos.

Poco a poco, fueron ajustando las técnicas y ganando eficiencia. Temas como microgota, altura y viento entran a cada rato en las explicaciones de Perelló cuando cuenta toda la experiencia que adquirieron en este tiempo.

No fue poca. Al contrario. Por eso, hoy dice que quiere comenzar a sembrar pastura con drones y trabajar en las pulverizaciones con tres drones en simultáneo, “en bandada”, grafica.

El Polaco se apoya también en los números para justificar su entusiasmo. Dice que fumigar con el dron le cuesta 3 dólares por hectárea, mientras que el avión le cuesta 15 dólares por hectárea.

“Por otro lado, si no hay piso con la Caimán no podemos entrar, mientras que con el dron no hay ningún problema”, agrega.

Igualmente, aclara que es una herramienta dentro del conjunto que tiene disponible para las necesidades de pulverizaciones. Las tres (avión, pulverizadora y dron) son necesarias, al menos hoy por hoy, considera.

En eficiencia, afirma que el dron le gana a las otras dos. “Yo medí con tarjetas los impactos de los tres sistemas y lo del dron es lo mejor”, asegura.

Perelló es un apasionado. Se le nota cuando habla. Pero también mide las cosas. No regala nada. Cuenta que, para aplicar disecante en el algodón, el dron puedepude hacer 4,2 hectáreas en cada vuelo.

Menciona que se trata de un recurso que no solo sirve para control de malezas en el lote. Agrega que resulta muy útil para el control abajo de los alambrados, algo que normalmente se hace con muchas horas de trabajo de una persona que se mueve en un tractor dedicado a esa tarea.

“Con un dron, limpias todos los alambrados del campo mientras te tomás un termo de mate”, dice con humor

El Polaco reconoce que en algunas ocasiones se pasaron de la raya en el uso del dron y tuvieron algunos accidentes que requirieron de servicio técnico.

“En esos momentos, la verdad es que es impresionante la respuesta que brindan. Yo me comunico con Arán y a las 24 horas de entregarle el equipo ya lo tengo arreglado”, dice.

“En postventa, arreglos y respuestos no son 10 puntos… son 11 puntos”, resume.

D&E es la empresa número uno en venta de drones agrícolas en la Argentina. Es “Master Dealer” para Argentina y Paraguay del gigante mundial de los drones DJI, que tiene su base central en China. Lo es para la línea de drones Agras, que incluye los drones aplicadores y los de cámara multiespectral como el Mavic 3.

“Tenemos un equipo especializado en drones que le da soporte a nuestros distribuidores desde lo comercial, el marketing, lo técnico y la postventa”, enumera Matías Fernández Köller, líder del negocio de drones en la compañía.

D&E cuenta con un taller propio en su base de Marcos Juárez, en Córdoba, en el cual la tarea central que desarrollan es capacitar a sus distribuidores, para que tengan, a su vez, el personal capacitado para hacer ellos mismos los servicios técnicos que resulten necesarios.

La empresa tiene 14 distribuidores en todo el país para el negocio de drones, 12 de los cuales ya tienen capacidad de reparar los de sus clientes, lo que permite un servicio rápido y eficiente en todo el país, como destaca Perelló.

El vínculo de D&E con DJI es muy profundo. Tanto que tiene también el status de “DJI Academy”. Fernández Köller cuenta que “en Academy también certificamos los talleres de postventa de nuestros distribuidores”. Así, D&E es el único “Master Dealer” de DJI en Argentina que tiene distribuidores certificados por DJI Academy.

Volviendo al Polaco, dice que le ve “mucho futuro a los drones: para mí, van a ir desplazando a las pulverizadoras terrestres inclusive”. Cuenta que vio ese crecimiento en este último año, desde que ellos arrancaron a comienzos de 2024.

“Ahora hay varios en la zona… en Tostado, en Santiago… que se usan en soja, en trigo, en poroto”, precisa.

Hacia el futuro, tiene planes creativos para sus drones. “Queremos diseñar un camioncito bien completo, para llevar todo lo que necesita el dron y el personal que lo opera”, dice. No es ni más ni menos que lo que tiene cualquier equipo de un contratista en la Argentina.

Los tiempos están cambiando en nuestra agricultura. Y los equipos y las tecnologías también. El Polaco Perelló es un ejemplo de eso. Seguro escribirá nuevos capítulos de su historia en el futuro cercano. Estaremos atentos a su relato para poder compartirlos.