Es un prestador de servicio con base en Tandil y 15 años de experiencia. Luego de un exhaustivo análisis del mercado, hace más de 3 años incorporó el Weedseeker, con el que hace más de 11.000 hectáreas anuales. En esta nota explica sus ventajas y dice que la aplicación selectiva es un nuevo paradigma en la agricultura argentina.
Fabio Knell es un contratista referente en pulverización, particularmente en cuanto a aplicaciones selectivas se refiere. Sin ir muy lejos, hace poco disertó sobre el tema nada menos que en el Congreso de AAPRESID, el principal encuentro anual de los líderes tecnológicos de la agricultura argentina.
Hace 15 años, Knell comenzó a brindar servicios de aplicación, desde su base en la ciudad de Tandil, donde se instaló en 2008, proveniente de la localidad de Villa Iris, en el partido de Puán, también en el sur de la provincia de Buenos Aires.
Knell es un profesional convencido de las ventajas de la aplicación selectiva, que resume en esta nota, en la cual también cuenta cómo fue su ingreso en este camino, que no duda de que es sin retorno para quienes lo adoptan como corresponde.
“Hace más de 3 años que incorporamos el Weedseeker al equipamiento que tenemos para brindar servicios”, introduce el contratista.
Cuenta que siempre le interesó diferenciarse en el mercado por tener buena tecnología y equipamiento. Agrega que sabía que la aplicación selectiva era un servicio con oferta limitada en el mercado de contratistas de pulverización.
“Cuando tomamos la decisión de incorporar este tipo de servicio de pulverización, comenzamos a averiguar qué tecnología era la que más nos convenía”, recuerda. “Y luego de mucha investigación y pruebas de desarrollo, nos decidimos por Weedseeker”, agrega.
Uno de los principales clientes de Knell se “asoció” en la compra de este sistema de aplicación selectiva desarrollado por PTx Trimble (anteriormente conocida como Trimble), empresa de la cual D&E es representante exclusiva para Argentina, Uruguay y Paraguay.
“Una de las claves para decidirnos por Weedseeker fue que puede hacer verde sobre verde y no solo barbechos únicamente”, explica Knell. “Eso nos permitía tener una ventana más amplia de trabajo, al poder hacer también pulverizaciones sobre cultivos que ya estaban emergidos”, precisa.
El contratista recuerda que su cliente estaba interesado en poder contar con un servicio de aplicación selectiva. Entonces, hicieron juntos una estimación del ahorro que el cliente podía tener en producto y, así, decidió colaborar con su proveedor de servicio para comprar el equipo.
“Yo voy devolviendo el aporte de este cliente con el trabajo que le realizo”, detalla Knell. Cuenta que, como contratista, cobra un plus por el servicio de aplicación selectiva, pero considera que el gran beneficio es, sobre todo, para el productor. Y lo explica a continuación.
Como mostró en el reciente congreso de AAPRESID, en la campaña pasada hizo 11.220 hectáreas con el Weedseeker. Calculando un costo promedio del caldo aplicado, por hectárea, de 35 dólares y un ahorro promedio de litros del 68%, el ahorro fue de unos 24 dólares promedio por hectárea.
Es decir, los clientes a los que les pulverizó esa superficie ahorraron en conjunto 270.000 dólares. “Hay muchos que, con el ahorro de un solo año, ya podrían pagar el equipo”, reflexiona Knell.
De todas formas, está convencido de que los beneficios del Weedseeker van mucho más allá del ahorro de producto. “La aplicación selectiva implica un manejo agronómico distinto, que aporta muchas ventajas para quien decide implementarlo”, afirma.
Una de las principales ventajas que menciona es la reducción de la cantidad de fitosanitarios que se aplican sobre el suelo.
En ese sentido, por un lado, habla de la reducción del impacto en el medio ambiente que eso genera. Y, por otro, de la disminución en la aparición de malezas resistentes, que suelen aparecer por la utilización constante de los mismos principios activos para combatirlas.
Knell tiene dos pulverizadoras Caimán, con las que trabaja unas 27.000 hectáreas al año. De ese total, más de 11.000 las realiza con una de esas dos máquinas, equipadas con Weedseeker, que cuenta con 35 metros de ancho de labor.
En base a su ya amplia experiencia, está convencido de que el primero que tiene que comprender la verdadera dimensión de las ventajas que tiene la aplicación selectiva es el asesor agronómico.
Es muy importante que el productor tenga un asesor abierto a incorporar esta tecnología como una herramienta de manejo diferente -piensa Knell- para que puedan aprovecharse todas las ventajas del sistema. “No hay dudas de que esto funciona y aporta grandes ventajas”, dice.
Luego, reconoce que, como en cualquier trabajo, puede hacerse con mayor o menor eficiencia. Y, que, por eso, es clave la capacitación, el entrenamiento y el acompañamiento profesional y técnico que brinda el proveedor de la tecnología.
“En este nuevo esquema de trabajo, no va que alguien me pase una receta de aplicación y yo vaya y haga el trabajo sin tener ningún vínculo con el ingeniero ni con el productor”, reflexiona.
El contratista explica que lo que forma, con los clientes con los que trabaja en aplicación selectiva, es un equipo de trabajo, “cosa que no suele existir cuando las pulverizaciones son en cobertura total”.
“Es un enfoque distinto, que no es complicado, pero que a la gente todavía le cuesta adoptar”, analiza.
Knell está convencido de que hace falta interactuar entre todos, porque eso mejora no solo el sistema de manejo de malezas, sino el conjunto del proceso de producción agrícola.
Finalmente, antes de terminar, el profesional hace una referencia al apoyo que recibió por parte de los especialistas de D&E para la instalación y puesta en marcha del Weedseeker en su pulverizadora.
“Fueron clave, porque permiten que uno pueda aprovechar a fondo esta tecnología”, agradece. “Tengo con ellos una comunicación permanente y, así, me siento realmente muy respaldado”, finalizó. ©